Por Cristián Frers* – En la actualidad, millones de personas están atrapadas en la pobreza por el mal abastecimiento de agua y el saneamiento deficiente, lo que contribuye al retraso del crecimiento y a la existencia de enfermedades debilitantes de la infancia. Con el fin de brindar a todas las personas la misma oportunidad de alcanzar su máximo potencial, son necesarios más recursos, dirigidos a áreas de vulnerabilidad alta y acceso limitado, para reducir diferencias y mejorar servicios deficientes de agua y saneamiento.
Unos 663 millones de personas, una de cada diez, no tienen acceso al agua potable y 2.400 millones de personas, una de cada tres, no tienen acceso a un saneamiento adecuado. En otras palabras, son más las personas que tienen un teléfono celular que las que tienen agua potable.
La polución y la contaminación constituyen aspectos importantes de la contaminación del agua. Numerosas actividades humanas tienen un impacto sobre la calidad del agua, entre ellas, la agricultura, la industria, la disposición de los residuos humanos, el crecimiento poblacional y la urbanización.
La escasez de agua es un problema que puede aumentar y que puede producir consecuencias graves como enfermedades. Se sabe que el agua contaminada puede transmitir enfermedades como la diarrea, el cólera o la poliomielitis. La contaminación del agua produce más de 502.000 muertes por diarrea al año. Además, la falta de agua, puede producir deshidratación y generar más complicaciones.
En Argentina la disponibilidad de agua supera la demanda. Sin embargo, eso no es una muy buena noticia ya que actualmente, el 11% de la población carece de agua corriente y muchos miles la desperdician sin ningún motivo.
El director de la Universidad de Sophia, ubicada en la ciudad de Tokio (Japón), Guangwei Huang, expreso: “Utilizar los humedales y humedales artificiales de un modo inteligente pueden ayudar a controlar la contaminación del agua y al mismo tiempo, promover las economías locales (como Municipios)” y continúo diciendo “Un monitoreo ambiental apropiado y el cumplimiento de la legislación son las claves para lograr un uso prudente del agua en los países de América Latina”.
Esto es lo mismo que manifesté durante diez años, desde fines del 2005 hasta enero del 2016, en Carmen de Areco – Provincia de Buenos Aires ni a la gente, ni a los funcionarios públicos y a los políticos les intereso, ni me prestaron atención y aun hoy, en el 2020, lo sigo haciendo a pesar que no vivo en la localidad.
No solo porque es importante para Carmen de Areco, sino porque sería importante también para otras localidades y Municipios de la Provincia de Buenos Aires e inclusive para ciudades y Municipios de otras Provincias de la Argentina.
Básicamente, los humedales artificiales son zonas construidas por el hombre en las que se reproducen, de manera controlada, los procesos físicos, químicos y biológicos de eliminación de contaminantes que ocurren normalmente en los humedales naturales.
El uso de plantas acuáticas en el tratamiento de aguas residuales se ha convertido en un enfoque particular en los últimos años. Las plantas acuáticas como la lechuga de agua, el jacinto de agua, los camalotes y los juncos han sido utilizadas para la eliminación de un amplio rango de contaminantes de las aguas residuales. La alta productividad de algunas plantas flotantes y el alto requerimiento nutricional de nitrógeno (N) y fosforo (P) hacen que estas especies resulten adecuadas para reducir los niveles de estos nutrientes de los efluentes.
El cuidado del ambiente no entiende de color político, ni de clases sociales, ni de países ricos o pobres porque nos afecta a todos, algo que muchos líderes mundiales, políticos, empresarios y personas se niegan a entender.
La implementación de políticas y reglamentos efectivas en los países en desarrollo suelen ser muy deficientes. Es necesario trabajar sobre la educación y la concientización para comenzar a resolver los problemas del agua.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).