Desde la Escuela Municipal de Tenis de Mesa contaron que en tiempos de cuarentena es muy lindo ese deporte para compartir en familia, jugarlo en casa utilizando elementos no tan técnicos como sí se hace en torneos y competencias. El profesor Alejandro Russo contó al respecto: “Un buen tablón, dividido por libros que pueden hacer de red. Este deporte puede cambiar el humor de una tarde y permite realizar actividad física, lúdica, para ser disfrutada por toda la familia”.
El tenis de mesa es un deporte olímpico surgido en la catedral del tenis mundial, Wimbledon. Históricamente, en la Argentina, ha sido un deporte muy poco difundido, eclipsado por disciplinas más populares, que lo relegaron a un lugar secundario. Sin embargo, y desde hace mas de una década, esta tendencia lentamente ha ido cambiando para posicionar al tenis de mesa en el lugar que merece: el de un deporte divertido y exigente, que requiere de mucha técnica y preparación tanto física como mental para practicarlo exitosamente y con grandes ventajas respecto de otras actividades tradicionales, como viene ocurriendo en la ciudad y la región.
Para esta actividad, es fundamental desarrollar una elevada velocidad física y mental. Con ambas herramientas, es posible anticiparse a lo que va a suceder y tomar medidas para resolverlo con éxito. También resulta indispensable comprender como afectan e influyen los famosos “efectos” en cada situación de juego. En cualquiera de los casos estas capacidades se desarrollan con un buen entrenamiento.
La práctica frecuente de tenis de mesa trae aparejado consigo muchos beneficios, durante una actividad moderada se consumen unas 300 calorías por hora, por lo tanto, es un deporte que nos permite alcanzar y sostener una buena forma física, de manera muy divertida. Debido a que es un deporte individual y sin rose físico, tiene bajo riesgo de lesiones, riesgo que puede disminuirse haciendo una adecuada rutina de calentamiento físico antes de iniciar la sesión de actividad.
En la Escuela Municipal de Mercedes se practicaba a diario, cuando no había llegado el covid-19, y en el predio Martin Rodríguez se brindaban clases gratuitas, las que se retomarán una vez que quede atrás la pandemia.