Semejanzas entre el Coronavirus y el Cambio Climático

Cristián Frers* – La pandemia del Covid-19 es un ensayo general de lo que será la crisis mundial ocasionada por la degradación ambiental y el cambio climático.

Considero que estos tiempos de pandemia son adecuados para tomar conciencia de qué es lo que se viene e imaginar el mundo entero en crisis, esta vez por diferentes motivos. En primer lugar, es importante considerar algunos aprendizajes que deja el Coronavirus.

En situaciones de crisis, es posible que el mundo se pare. Para evitar miles de muertes, se paralizaron actividades que son el sostén de la economía mundial. Esto tiene analogía con situaciones de guerra. Implican la postergación del interés particular en favor del bien común. Los gobiernos tomaron decisiones que jamás hubieran tenido viabilidad política en tiempos normales.

Las probabilidades de éxito para afrontar la crisis dependen del compromiso y participación de la sociedad. No es posible controlar la expansión del virus si los ciudadanos deciden ignorar las estrategias propuestas.

Al igual que el virus, los gases de efecto invernadero son invisibles y permanecen presentes en nuestro entorno natural. A diferencia de la pandemia viral, no podemos esperar hacer o fabricar una vacuna contra el cambio climático

La concentración actual de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera es de 416 ppm. El fenómeno que conocemos como calentamiento global o efecto invernadero se aceleró partir de 1990, cuando el planeta superó por primera vez las 350 ppm.

La tasa de aumento anual de la concentración es de 2,5 ppm de CO2 por año. La mayoría de los expertos calcula que cuando se alcance una concentración de 450 ppm, la temperatura del planeta subirá dos grados, provocando cambios de gran importancia sobre el clima y el ambiente.

De continuar así, estaríamos alcanzando los 450 ppm en 14 años. Algunos de los efectos esperados: aumento de la frecuencia de golpes de calor, con efecto directo en la salud humana, especialmente en adultos mayores y niños y aumento de la intensidad y duración de las sequías, provocando pérdidas en las cosechas y crisis en la provisión de agua potable en muchas regiones.

Las sequías aumentarán el riesgo agrícola en general y provocarán el colapso del sistema de provisión de alimentos en muchos países donde la seguridad alimentaria es un problema en la actualidad.

El calentamiento provocará la reducción drástica del hielo de los casquetes polares y los hielos continentales. Se descongelarán los suelos (permafrost) de la tundra ártica, liberando enormes cantidades de metano fósil que estaba retenido en el hielo, acelerando el proceso de calentamiento.

El nivel del mar subirá, esto afectará a las 200 ciudades y miles de pequeñas poblaciones que se encuentran a menos de 10 metros sobre el nivel del mar. El mar se calentará y acidificará, provocando la muerte de los arrecifes de coral además de otros impactos sobre la ecología marina y los recursos pesqueros.

Lo que podría planificarse, ejecutarse en forma progresiva y ordenada, va a ser reemplazado por la urgencia, la improvisación y la acción desesperada. Los que sean capaces de visualizar lo que viene y actuar inmediatamente afrontarán la crisis en mejores condiciones y tendrán ventajas competitivas de enorme magnitud cuando esta llegue.

Las políticas de desarrollo a nivel de municipios, provincias y Nación deberían centrarse en los nuevos paradigmas y comenzar ya a producir los recursos que serán vitales para resolver la crisis climática.

Tenemos mucho en que reflexionar. Comprender las victorias que logremos alcanzar en la lucha contra la pandemia del Coronavirus podrá proporcionar una idea de cómo podremos enfrentar no solo las amenazas a nuestra salud sino también los ataques a la salud de la Tierra.

Combatir la pandemia, nos obligó a cada uno de nosotros a cambiar nuestros hábitos y rutinas diarias y hacer sacrificios personales.

Si podemos convencernos de hacer lo mismo en la lucha contra la crisis climática, seguramente les dejaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos un mundo más sustentable.

*Cristián Frers –Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).

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