Por Cristián Frers – La ciudad es una de las creaciones humanas más complejas. Puede ser vista como un sistema conformado por sistemas naturales, físicos y culturales, interrelacionando en un área determinada; un sistema que no es homogéneo, y que no puede ser entendido como la simple suma de sus componentes.
Los problemas ambientales de las áreas urbanas derivan principalmente de la concentración demografía en un espacio reducido. La cantidad de recursos naturales necesarios para la población y la actividad urbana es enormemente superior al que la ciudad es capaz de producir. Por eso, los sistemas urbanos importan grandes cantidades de recursos que son transformados en bienes y servicios parcialmente restituidos al ambiente en forma de residuos y emisiones. Los problemas ambientales de las ciudades afectan al propio entorno urbano, pero también a muchas otras regiones de las que se extraen los recursos y a las que llegan los efectos de la contaminación.
Uno de los males de las grandes ciudades es la generación de residuos. La alta densidad de la población y la inadecuada gestión de la basura provocan daños en el ambiente y en la salud de las personas.
Los seres humanos generamos residuos en todas nuestras actividades. En nuestros hogares, colegios, oficinas, mercados, industrias y hospitales, se produce basura que es necesaria recoger, tratar, reutilizar, reciclar, eliminar y disponer adecuadamente.
En la última década hemos aumentado nuestros residuos, el aumento del volumen de embalajes, de envases descartables, la caída de rentabilidad del reciclado de la mayoría de los componentes, la ausencia de políticas para disminuir la generación y promover la reutilización y el reciclado son los factores claves de este incremento.
Tomemos el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en Argentina, hubo un tiempo en que Buenos Aires era conocida como una de las más limpias del mundo. Ya nadie se atrevería a postular a la ciudad para semejante lauro.
Desde hace años el sistema de recolección de residuos tiene serias deficiencias que subsisten a lo largo de diferentes gobiernos
A los problemas de recolección se agregan las malas prácticas de los vecinos y comerciantes, que dejan depositados los residuos a cualquier hora.
De hecho, en la medida en que esta costumbre se mantenga, la suciedad persistirá aún con una recolección frecuente.
Parte de la responsabilidad de esta situación es del sistema vigente, que no dispone de contenedores para depósitos fuera de hora, y de las autoridades, que no ejercen los controles y aplican las penalidades correspondientes a quienes violan las disposiciones sobre la materia.
El cuadro se agravó con la búsqueda de material reciclable o comida, lo cual exige apurar la implementación de sistemas de separación de residuos y campañas de educación.
Lo importante a saber sobre los residuos sólidos urbanos es que existen dos grandes componentes. Los orgánicos y los inorgánicos. Si bien, son muy distintos, hay que destacar que ambos deber ser valorizados. Además, se olvida a veces, que también hay dos residuos que son de naturaleza urbana: el industrial y los peligrosos.
Ante la generación de residuos, persiste el problema de su recolección, transporte y obviamente hacia dónde los llevamos. Es por eso, que es imprescindible en Argentina, contar con puntos de transferencias, reciclados y procesamiento para sacar los productos a vender y depositar la menor cantidad posible.
Para ver el problema general de Argentina como primer punto es fundamental saber cuánta basura producimos en áreas urbanas. Es una sorpresa que un país agropecuario como el nuestro tenga el 89.5 por ciento de población urbana y sólo el 10.5 por ciento de población rural.
Si bien ha habido un cambio cultural importante, es muy claro que el campo se ha ido despoblando. Cada vez más la gente, por razones educativas o laborales, decide vivir en las ciudades, de modo tal que hoy la población urbana es enorme.
Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).