La navidad, a pesar de las ganas de salir o reunirse, pasó sin grandes inconvenientes. No hubo heridas de pirotecnia ni alcohol, tampoco siniestros viales ni accidentes. Hubo si requerimientos policiales para controlar disputas familiares, más cercanas a “la copa de más” que a conflictos serios. En cuanto a la pirotecnia, hubo sectores donde prácticamente no se oyó, mientras que en otros si, generando molestias a vecinos y mascotas.
Esta navidad marcada por un año atípico, de pandemia, aislamiento y distanciamiento social dejó un saldo positivo en navidad.
No se debió requerir intervención del sistema de salud en ninguna situación grave. La policía tampoco debió actuar por conflictos serios, salvo disputas familiares disueltas rápidamente, pero con todo el tinto de ser conflictos propios de estas fechas cargadas de emoción y acompañadas de bebidas.
Las salidas de ambulancia no llegaron a la media docena con atenciones diversas, pero nada que revistiera gravedad.
Es sumamente importante remarcar el rol personal ante los cuidados, tando de covid como de consumo de alcohol y pirotecnia. El rol subjetivo, en estas ocasiones, tiene un grado importante en el resultado final.