En la mañana del miércoles, luego del responso por la Iglesia San Luis, el féretro de Marcelo Bustos Berrondo pasó por la puerta del Diario ElOeste, lugar que lo albergó largas noches de cierre de ediciones de niño, joven, adulto y ya pisando los 80.
Sus hijos Ignacio y Miguel fueron los artífices del homenaje que se completó con la complicidad de los empleados del Diario El Oeste, que estuvieron a cargo del medio desde 2015 hasta el inicio de «una interrupción» que comenzó a finales de diciembre de 2019.
Sobre la calle 33 y su intersección con la esquina 28, se improvisó la oficina de Marcelo con su máquina de escribir, sus premios, su teléfono negro de Entel, algunos de los viejos archivos del diario, el sillón en el periodista se sentaba para escribir y corregir las diferentes ediciones.
El periodista Walter Altavista fue el responsable de contarle a los presentes cómo trabajaba Marcelo y alguna que otra anécdota de las noches de cierre en el Diario El Oeste que en 2024 cumpliría 100 años.