La relación que se puede entablar con pantalla de por medio es bastante superficial. De hecho la apariencia, y las posesiones tienen un papel muy importante frente a la conexión real, dejando a un lado los principios y valores sobre los que se basa una relación sana.
Las aplicaciones o redes sociales para conocer gente con fines románticos llevan una década ganando terreno, se volvieron furor en pandemia y siguen siendo tendencia.
Ya sea por la comodidad que ofrece el vasto catálogo de posibles parejas, como por el bajo riesgo de un encuentro virtual, cada vez son más los y las que se animan a abrir sus perfiles e iniciar el juego de la seducción con desconocidos.
Según un informe de la especialista Tania Sirosh para el sitio Brainberries, hay una serie de pros y contras digna de analizar antes de sumergirse en el mundo de las citas online o a ciegas.
Sin embargo, la relación que se puede entablar con pantalla de por medio es bastante superficial. De hecho la apariencia, y las posesiones tienen un papel muy importante frente a la conexión real, dejando a un lado los principios y valores sobre los que se basa una relación sana.
En segundo término, los intereses en común juegan un papel preponderante, se cruzan personas con muchas ideas y hobbies similares, que hasta pueden especificar sus gustos en materia de música, películas, actividades culturales, deportivas, y más.
En tercer lugar, están las ventajas y desventajas en relación al monstruo del rechazo. Es mucho más fácil entrar en diálogo con alguien, cuando lo peor que puede pasar si no gusta de uno es que se desconecte o deje de responder mensajes.
Pero es un arma de doble filo pactar un encuentro presencial, confiando en que la otra persona asumirá el compromiso, y llevarse la sorpresa de un plantazo. Muchas veces, al no haber todavía un contacto real, tampoco se asumen responsabilidades, por más simples que sean.
Por otra parte, para la gente tímida o vergonzosa las plataformas son una bendición, les permite mostrarse mucho más extrovertidas de lo que son, pero a la hora de la verdad, dejan un mal sabor de boca a su cita, que las había idealizado más comunicativas de lo que realmente eran.
Y por último, está la latencia del peligro que representa chatear con desconocidos. Internet también está plagado de tramposos, estafadores, y todo tipo de personas que podrían vulnerar la confianza de sus víctimas al otro lado de la pantalla.
Fuente: GLP (grupolaprovincia.com)