«Celebrar a un nonagenario es aplaudir su vejez, En una institución deportiva es saludar su juventud» (O.Dinova).
Este 20 de junio, el Club Atlético Quilmes festejó su cumpleaños número 90!! Este Club que nació el mismo Día de la Bandera, allá en un lejano –y difícil- 1932 de la mano de un puñado de vecinos de las calles 15 y 14.
Poseían convicciones, sueños y una entrega sin límites, además de conductas intachables. Partieron de un terreno pelado pero tenían el alma cargada de certezas. Así, forjaron desde la abnegación y el sacrificio estos altares del deporte que son los clubes de barrio. Hacer del lugar donde se crecía un lugar mejor para vivir. Esa era la premisa. Para sí y para los que vendrían después. Fueron arquitectos de lo imposible, constructores de lo inaccesible y albañiles de lo difícil a tiempo completo.
Varias generaciones dejaron lo mejor de sí para consolidarse y crecer. Del mítico “Pájaro Azul” del comienzo a este presente rico en presencia infantil, juvenil y adultos, hay nueve décadas de continuo esfuerzo. Hoy se puede disfrutar de; Fútbol, Básquet, Vóley y Patín Artístico.
Cientos de chicos y chicas de todas las edades y condiciones sociales comparten el terreno de deportes o las instalaciones en la sede. Hacen amigos, conocen las mieles de la victoria o asumen con sus compañeros la derrota circunstancial. Casi sin darse cuenta se van haciendo hombres y mujeres al abrigo de calles que solo contienen peligros y acechanzas.
En esta esperada fiesta se homenajearon –y en ellos a todos los fundadores y socios que dieron lo mejor de sí durante estos años- a Adolfo “Chito” Baliero, Ramón “Negro” Bello, Roberto “Pocho” Gómez, “Pepe” Rodriguez Dinova, y Ricardo Bozzini. Los dos primeros, representados por familiares y amigos, los restantes, en persona.
Nada faltó; reconocimientos, música, alegría y emociones al por mayor. Una verdadera fiesta.
No es para menos, hay que celebrar la vida y las buenas cosas por venir, como lo dijera Walter Repetto, su actual presidente. Hay que continuar con el legado y enriquecerlo cada día más.
El ser humano tiene una vida que perime en un tiempo acotado. Incluso nuestra vejez es un muestrario de achaques y dolencias, de fuerza y vitalidad perdidas. Se festejan los 90 años de un abuelo, casi celebrando el hecho de haber llegado. No se espera mucho más, salvo despedirse con dignidad. Pero otra cosa es con las instituciones que las personas crean y engrandecen, -justamente con sus mejores años-. A esa edad tienen raíces fuertes, están consolidadas y pueden asumir nuevos y renovados proyectos. ¡Están en su plenitud!
¡Por eso Quilmes celebró sus 90 jóvenes años! Sus creadores lograron perdurar en su obra, las familias actuales tienen que participar y las nuevas generaciones comprometerse y tomar la posta. Lo mejor está por venir. Este 20 de Junio quedó demostrado en una noche de felicidad.
¡SALUD QUILMES, GRACIAS POR TANTO!
Por Oscar Dinova
