Por Cristián Frers* – El marco mundial de la biodiversidad incluye 23 objetivos medioambientales que deben cumplirse antes del 2030 y cuatro objetivos menos específicos que deben alcanzarse en el 2050. El objetivo más importante que se acaba de firmar entre 188 países, entre ellos la Argentina, en los últimos días de diciembre del 2022 durante la COP 15, es el conocido como el 30/30 que significa proteger el 30 por ciento de la tierra y de los océanos.
Con lo cual estoy totalmente y absolutamente de acuerdo, siempre y cuando se cumplan. Es más… Comparto esta opinión: «Mientras Leo Messi y sus compañeros de equipo cuelgan ahora los botines y celebran una victoria muy reñida, a la comunidad mundial y de Argentina, con respecto a la biodiversidad le espera una fase de duro trabajo: integrar la arquitectura del marco en las políticas nacionales», declaró Andrew Deutz, director de política mundial de The Nature Conservancy. Pero… No solo en cuanto a la biodiversidad, cambio climático, educación ambiental, política ambiental, desarrollo sostenible, recursos naturales, contaminación, economía circular. Que se encuentran totalmente desfasadas y desactualizadas porque no son aplicadas de acuerdo a Ley.
Firmar acuerdos internacionales está muy bien, pero… ¿No sería mejor cumplirlos y hacerlos cumplir?
¿No sería mucho mejor, más allá de firmar acuerdos no vinculantes, emprender acciones locales, a nivel municipios, provincias y nación en Argentina? Tomemos como ejemplo a Canadá, en este país el 20 por ciento de los vehículos nuevos deberán ser eléctricos en el 2026, incluyendo vehículos de pasajeros, vehículos utilitarios y camiones. La inversión busca alcanzar sus objetivos de reducción de gases de efecto invernadero en un 40 por ciento para el 2030, con respecto a sus niveles de 2005. El ministerio de Medio Ambiente estableció como objetivo que en 2035 los vehículos que transporten pasajeros no consuman hidrocarburos.
Estas nuevas regulaciones forman parte de los objetivos adoptados por el país para reducir las emisiones. Una meta intermedia es que para 2030 el 60% de las ventas de automóviles de pasajeros sean vehículos eléctricos. Según las nuevas regulaciones, los fabricantes o importadores de vehículos podrían recibir multas en virtud de la Ley de Protección Ambiental de Canadá si no los cumplen.
Una empresa canadiense Daymack Inc. con sede en Toronto está evaluando fabricar un auto eléctrico de tres ruedas en la Provincia de Córdoba – Argentina, que estaría destinado a venderse en los mercados de Estados Unidos, Europa y Canadá y… ¿Para el consumo interno en Argentina? ¿Que están esperando?
Quienes realizaron negociaciones centradas en cuánto dinero en la COP 15, explicaron que los países desarrollados enviarían a los países en desarrollo para contrarrestar la pérdida de biodiversidad. Se pidió que el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) estableciera un fondo fiduciario especial (el Fondo del Marco mundial de la diversidad biológica) con el objetivo de apoyar la aplicación del Marco, asegurar flujos financieros de manera suficiente, previsible y oportuna.
Los gobiernos tendrán que demostrar sus avances en el cumplimiento de los objetivos a través de planes nacionales de biodiversidad. Estos planes son similares a los planes climáticos nacionales, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), que los países ya utilizan para demostrar sus avances hacia el cumplimiento del Acuerdo de París… Pero insisto, no son vinculantes.
Una gran oportunidad para superar el dilema entre desarrollo y protección del medio ambiente e ingresar a un camino de crecimiento económico con aprovechamiento eficiente y sostenible de sus recursos naturales es crear las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente. Lo cierto es que alcanzar una adecuada calidad ambiental sin desarrollo económico resulta utópico y que alcanzar un desarrollo económico sin calidad ambiental resulta efímero.
En una forma amplia podemos definir al desarrollo sustentable como un proceso de mejoramiento constante y equitativo de la calidad de vida de las personas, fundado en medidas adecuadas de conservación y protección del ambiente y los recursos naturales; de manera de satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes, sin comprometer la facultad de continuar haciéndolo en el futuro.
*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).