El Canario igualó en cero contra Gimnasia. Si bien no sufrió grandes contratiempos, sobre el final Perafán se convirtió en figura con una doble atajada. El equipo de Felipe De la Riva empieza a perfilarse como un duro rival.
Flandria logró un valioso empate en su viaje a Mendoza, frente a Gimnasia de esa provincia. El Canario justificó el punto, porque si bien el local tuvo mayor posesión de pelota, casi no sumó chances claras para romper el cero. Y el equipo de Jáuregui, a su vez, mostró su mejor cara al promediar el segundo tiempo, cuando tuvo algunas jugadas de cierto riesgo que, sin embargo, no logró finalizar con éxito.
El primer tiempo pasó sin pena de gloria, pero sirvió para ratificar la impronta que Felipe De la Riva intenta darle a Flandria: la de un equipo durísimo que juega con el cuchillo entre los dientes. Las tres amonestaciones recibidas en esa primera parte dan cuenta de este perfil. Como contracara, de la mitad de cancha para arriba las dificultades en la generación de juego fueron otra vez evidentes.
El segundo tiempo comenzó más o menos igual. Gimnasia intentando pero sin claridad. Sin embargo, poco a poco Flandria adelantó un poco sus líneas y, aprovechando alguna contra, tuvo sus mejores momentos ofensivos, con chances que si bien no fueron clarísimas, sí llevaron peligro al área local. En el último cuarto de hora, Gimnasia volvió a tomar las riendas del partido y complicó a Flandria. La más clara ocurrió a los 36 minutos, con una impresionante doble atajada de Perafán. Ahora si viene Patronato en el Carlos V.
Colaboración: Mariano Oyarzú