Por Oscar Dinova – “Sin dudas, no hay progreso” (Charles Darwin). De un lado, piedras, el arma más antigua de los homínidos, nuestros ancestros. Defendían sus lugares vitales, conseguían una presa para comer o protegían su pequeño círculo de pares.
Del otro, autos, el símbolo mismo de la modernidad, el ingenio humano que le puso ruedas al hombre, que le otorgó la libertad de movimiento a distancia, intensificó el transporte, el comercio, el turismo, etc…
Ya pasó más de un siglo de su invención. Ayer, 29 de marzo, en las cercanías de Luján, desde los puentes que atraviesan la ruta Nacional 5, una cantidad de vehículos particulares y un bus de Estrella Tour, que circulaban en la tardecita por esa arteria, fueron atacados con piedrazos en los parabrisas. Uno de ellos fue mi yerno y mi nieto que regresaban de Capital, su padre lo lleva a practicar Basquet en el club de sus sueños, otros vecinos mercedinos sufrieron la misma agresión.
Todos con suerte diversa; en unos el parabrisas quedó astillado pero resistió, en otro pegó en la carrocería desequilibrando el auto y el último (de los que sabemos, puede haber más), su cristal explotó salvando la vida de milagro la persona que conducía.
No es algo nuevo, no toma desprevenidos a las autoridades. El 21 de Julio del año pasado, un micro de Atlántida, línea 57 era salvajemente apedreado en las mismas circunstancias y su chófer gravemente herido con un impacto en la cabeza (ver nota Infobae de esa fecha). Hubo paros, notas nacionales, etc.
Pero las piedras siguen cayendo sobre los indefensos ciudadanos que circulan por esta y otras arterias nacionales y provinciales. Un puente peatonal se ha convertido en la cima de un mangrullo desde donde se pone en riesgo la existencia de nuestros vecinos. Acá no se defiende ningún territorio, no se lucha contra un enemigo, no se pone el pecho a un peligro.
Se ataca a traición, cobardemente, a personas que solo están circulando y que no tienen la más mínima defensa. La vida entonces depende del grueso de un cristal, del peso de la piedra o simplemente de la puntería del atacante. ¡Esto no puede seguir pasando!
Instamos a las autoridades a que tomen medidas preventivas urgentes. Los intendentes del corredor vial, deben ser los primeros en defender a sus vecinos, las autoridades nacionales, -tenemos al Ministro del Interior, Wado de Pedro como convecino- debe exigir a las Concesionarias Viales que no solo cobren los peajes, sino que tomen los recaudos para evitar estas “casi muertes” de francotiradores al acecho.
Por ahora, prevalece el salvajismo por sobre la modernidad, las piedras antes que la tecnología, el despecho por la vida le gana a los que apuestan al progreso.
¿O tenía razón entonces Charles Darwin de pensar qué sin duda, no hay progreso?
Las autoridades tienen la palabra. (O mejor aún, las medidas a tomar)
*Oscar Dinova, escritor
