Por Graciela Medina – ¡Parece increíble pero sucedió otra vez! Los Bomberos volvieron a ser agredidos cuando llegaron a un incendio a prestar ayuda.
Los Bomberos Voluntarios son, sin duda, parte de la escasa reserva moral que le queda a la sociedad en nuestros días. Personas que desinteresadamente, sin recibir nada a cambio, salvo riesgos, son capaces de dejar de lado su familia, su trabajo, momentos irrepetibles de su vida para correr en auxilio de quien los necesite, poniendo su propia existencia en juego, con el único cometido de ayudar.
Ellos no conocen de horarios o razones climáticas, de feriados o días hábiles; si alguien pide auxilio ponen su vida en pausa y no vuelven a retomarla hasta que no culmine la emergencia, regresen al cuartel, dejen todo listo para el próximo servicio (que nadie sabe cuándo será) y recién allí regresan a su casa, sin importar la hora.
Su trabajo no termina ahí, durante la semana, deben concurrir al cuartel para cumplir con obligaciones diversas, su capacitación es de por vida y, además, de forma GRATUITA, con el solo objeto de ayudar a su comunidad.
Convengamos que la mayoría de los vecinos los reconocen y admiran pero jamás, ni por asomo, pensarían en hacer su tarea, arriesgada, comprometida, peligrosa “ad honorem”. Ellos suelen continuar con la meta que se proponen muchos niños cuando alguien les pregunta: ¿qué querrías ser cuando seas grande? La respuesta en esos casos es: “ser un bombero”. Con el paso del tiempo, cuando crecemos, al conocer la responsabilidad y esfuerzo que significa esa decisión, la mayoría lo descartamos.
Actualmente existen muchos súper héroes que tienen capas multicolores, armaduras y súper poderes, muchos de ellos vuelan, se sumergen en el agua sin equipos de buceo y al terminar la aventura, aparecen como si no hubiese pasado nada. Pero estos otros Héroes, los diarios, los del estructural amarillo con sus cascos, botas, y mangueras, no tienen capas ni armaduras. A todo lo que hacen le ponen el cuerpo, el corazón y lo hacen durante tanto tiempo, que a veces los enferma, y llegan a pagar con su vida las vidas que ayudaron a salvar.
Ellos no son súper héroes, son gente común, haciendo muchas veces cosas fuera de lo común. Se capacitan toda su vida, para salvar personas y bienes de la comunidad; quién podría pensar, entonces, que cuando se produce una emergencia no pondrían todo su esfuerzo para responder en el menor tiempo posible. Yo lo sé, los he visto, los veo cada día correr ante la emergencia, dejar sus vehículos alguna vez con su ventanilla baja, las luces prendidas en el afán de llegar más rápido para dar respuesta. Han llegado acomodándose aún su ropa, montados en una bicicleta, en chinelas o medio dormidos, los he observado al límite de sus fuerzas, a las 19:00, en pleno verano, con 40° de térmica, partiendo a sofocar después de ocho salidas anteriores, un nuevo incendio y, sin un lamento, volver a zambullirse en el infierno. Sé de muchos las cosas que dejan, la familia en casa, los amigos, el cumpleaños de un hijo, el brindis en las fiestas, y no puedo entender cómo entregando tanto puedan ser agredidos por alguna gente. Cuando una emergencia se produce los minutos parecen horas, sobre todo cuando hay víctimas de por medio, ya sea en un accidente, una inundación o un incendio.
Los teléfonos de emergencia de Bomberos son: 100 y 422222, están las 24 hs. todos los días del año de guardia permanente. Existe un protocolo que se activa de inmediato cuando hay emergencias, convocando a los Bomberos. El pedido de ayuda, a los números directos 100 o 422222, hace que el tiempo se optimice y en una emergencia eso puede hacer una diferencia.
Cabe recordar que los Bomberos hacen su trabajo de forma voluntaria y gratuita, a diferencia de lo que sucede en otros países donde su tarea se realiza como trabajo formal, su remuneración es acorde al riesgo que corren por su actividad y sus equipos de protección personal, equipamiento y móviles son suministrados por el estado.
Aquí, cuando un Bombero llega en tu socorro, recuerda que lo hace porque eligió estar ahí para ayudar, nada lo obliga más que tratar de mitigar el dolor, no tienes derecho a exigirle nada que él, o ella, ya no se haya exigido a sí mismo. Si piensas que puedes criticarlos o ser mejor que ellos/as para hacer su tarea prueba hacerla una vez y demuéstrales que la segunda no saldrás corriendo.
Antes de agredir a uno de esos hombres o mujeres que eligen ese estructural con olor a humo antes que el más exquisito perfume; con él se han zambullido en nubes de humo, calcinado bajo el tórrido sol del verano, empapado bajo la lluvia o rescatado víctimas en una inundación, sumando barbijo, guantes y un aislamiento interminable durante la pandemia, recorriendo calles de una ciudad fantasma para cuidarnos y a pesar de eso ser nombrados «no esenciales».
Por todas las cosas que enumeré me gustaría que sepan que somos muchos los que decimos: ¡¡¡CON LOS BOMBEROS NO!!!
Ellos merecen el respeto de todos por miles de razones pero, por sobre todas las cosas, porque están dispuestos a arriesgar su vida por otro sin pedir nada a cambio, se merecen ese respeto. Si esto no sucede, como sociedad habremos perdido el rumbo sin remedio.
BOMBEROS EMERGENCIAS. 100 o 422222 AGENDALO, PODÉS HACER LA DIFERENCIA.
Graciela L. Medina. 9/5/23.