Incentivando las energías sustentables en Argentina 

Por Cristián Frers* – Cuando se quema un combustible fósil, como es el caso del carbón, se liberan distintos tipos de gases. El más conocido es el dióxido de carbono, que atrapa los rayos del sol que rebotan contra la superficie terrestre dentro de la atmosfera y provoca aumentos de temperatura en la Tierra. 

Esta es una de las actividades humanas que generan el cambio climático que afecta a todas las regiones en la actualidad. Una de las soluciones para contrarrestar esta situación es el uso de energías renovables. 

El uso de estas energías es considerado una alternativa importante para el futuro energético y, especialmente, para Argentina. Las mismas no solo tienen beneficios ambientales, sino también económicos y sociales.  

El Estado tiene que continuar y apuntalar el horizonte trazado en las leyes, acentuando los pasos dados y aprovechando las diversas oportunidades que se vayan abriendo. Hay un gran potencial que hay que buscar explotar. En especial, el Estado debe brindar un mayor apoyo financiero a aquellas medianas y pequeñas empresas que no tienen la capacidad para correr riesgos con la inversión de tales productos, sobre todo en los períodos de desaceleración económica. También debe suprimir o reducir, mediante planes económicos específicos, las restricciones para que los usuarios accedan a las tecnologías existentes y, al mismo tiempo, se generen hábitos en su uso. En efecto, una restructuración ecológica sobre los bienes y servicios involucra no solo introducir las nuevas tecnologías en el mercado, sino también facilitar su acceso, promover comportamientos sustentables y reducir o eliminar los productos que no son sustentables. 

Hay que aprovechar las ventajas que tienen las energías renovables para hacer frente al problema energético en aquellos lugares remotos donde el abastecimiento vía red eléctrica o mediante grupos generadores se ve imposibilitado por la geografía o la demografía, como se ha hecho, por ejemplo, en diversas zonas rurales en las Provincias de Jujuy y Salta. Ampliar el acceso a los servicios básicos es una prioridad y proporcionar energía segura, confiable y limpia a aquellos que, por di‐ versos motivos, no la tienen constituye un paso fundamental en el desarrollo sustentable tanto de carácter ambiental como económico y social. Este tipo de inversión, pues, cubre varios aspectos: sin dejar de velar por el ambiente, combate a su vez el déficit energético, crea puestos de trabajo decentes que refrenan la desigualdad, promueve la inclusión y la estabilidad sociales y garantiza la equidad. 

A fin de mejorar el progreso tecnológico y optimizar los recursos, la inversión del gobierno en materia de investigación resulta decisiva. Un presupuesto adecuado para el desarrollo de la ciencia, distribuido equitativamente en los organismos de ciencia y técnica y en las universidades públicas, sin duda abriría un mundo de posibilidades en materia de innovación tecnológica. 

Por lo demás, en la promoción de las energías sustentables juega un papel especial la educación. En este sentido, se debe ofrecer: capacitación de profesionales que desean ingresar a la industria de las energías renovables; formación inicial de científicos e ingenieros para diseñar y desarrollar nuevos sistemas de energías renovables; capacitación en tecnología y políticas de energía renovable para inversores; ofertas de cursos cortos de desarrollo profesional; lecciones y recursos para escuelas sobre temas energéticos; y, finalmente, información contemporánea sobre tecnología de energías renovables para el público en general. Además, los gobiernos nacionales y provinciales deben realizar inversiones en la infraestructura que se requiere para la transmisión del conocimiento, computadoras, conexión a internet, entre otras acciones, y también fortalecer la capacidad para reproducir y divulgar la información sobre las tecnologías disponibles, de modo que se promueva en la población un modo de vida responsable respecto al aprovechamiento de los re‐ cursos de la naturaleza. 

Durante los últimos meses se han conocido diversas propuestas que suman inversiones que superan los US$ 2 mil millones, que se enfocarán en la construcción de nuevas plantas de energía renovable en el territorio. 

El camino hacia la transición energética deberá estar liderado por una administración que esté dispuesta a incrementar el gasto público en energía solar y eólica, entre otras para hacer una matriz eléctrica más diversificada.  

*Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista). 

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