El juicio contra Elián Valenzuela, conocido artísticamente como L-Gante, está llegando a su punto culminante. La fiscalía ha solicitado una pena de 7 años de prisión para el cantante, acusándolo de los delitos de amenazas, privación ilegal de la libertad y otros cargos relacionados con incidentes ocurridos tiempo atrás.
En un alegato final presentado ante el tribunal dio una detallada cronología de los hechos, argumentando que L-Gante habría utilizado su influencia y poder para intimidar y coaccionar a sus víctimas. Según el representante del Ministerio Público, el cantante habría demostrado un patrón de comportamiento violento y amenazante, resolviendo conflictos de manera personal y fuera de los canales institucionales.
Por su parte, L-Gante hizo uso de su derecho a la última palabra, reiterando su inocencia y asegurando que es víctima de una persecución. El cantante afirmó que los cargos en su contra son infundados y que está siendo juzgado injustamente.
La defensa de L-Gante, por su parte, ha solicitado la absolución de todos los cargos, argumentando que las pruebas presentadas por la fiscalía son insuficientes para condenar al cantante. Los abogados defensores han cuestionado la credibilidad de los testigos y han señalado inconsistencias en las declaraciones de las víctimas.
Tras escuchar los alegatos de las partes, el juez a cargo del caso deberá emitir un veredicto. La decisión judicial se espera para la semana próxima.
El juicio contra L-Gante ha generado gran interés mediático y social, debido a la figura pública del cantante y a la gravedad de los cargos en su contra. El caso ha reavivado el debate sobre la violencia y la justicia en el contexto de la fama y el poder.