Repudiamos con toda nuestra energía las violentas expresiones del Presidente de la Nación, Javier Milei, hacia la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en cuya figura, entre otras cosas, se agrupan sueños cumplidos y por cumplir de millones de argentinos y argentinas.
La violencia sólo engendra más violencia. En cualquiera de sus formas: físicas, psicológicas o verbales. Sutiles o brutales. Expresiones similares, sistematizadas desde múltiples sectores, terminaron tiempo atrás con un intento de magnicidio contra la propia Cristina. Milei, como si lamentara que la bala no haya salido y el atentado fuera fallido, se regocija y especula ahora con la idea de “meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina adentro”.
Es urgente y necesario que, con nuestras diferencias, volvamos a encontrar puntos de consenso para la construcción de una sociedad mejor. Es indispensable interrumpir este espiral de odio, de revanchismo y de desprecio antes de que sea demasiado tarde.
La historia de nuestro país tiene innumerables ejemplos de angustia y de tragedia a los que no queremos regresar. Si a las políticas de empobrecimiento y de miseria que impulsa el gobierno nacional se suma el aval a la violencia, verbalizado cotidianamente por el mismísimo Presidente de la Nación y muchos de los integrantes de su equipo, entonces no es difícil advertir lo que viene o se aproxima. La pobreza y el hambre son un motor poderoso para el odio y el resentimiento: alimentar ese fuego con expresiones incendiarias es, por lo menos, una irresponsabilidad mayúscula. Nos negamos a creer que quieran provocar el caos o la desintegración de una sociedad que siempre se caracterizó por su solidaridad y compromiso.
Estamos convencidos de que los argentinos y las argentinas quieren vivir cada día mejor, sin violencia ni peleas; y que, en cada una de las elecciones sucedidas desde la recuperación de la democracia, en las urnas depositan esa esperanza y no otra cosa. Ponen un sobre con una ilusión adentro. Eso, en definitiva, es lo que reclamamos: defender esa esperanza, defender la democracia, defender cada quien sus ideales sin que signifique eliminar el pensamiento ajeno.
Juan Pablo López Baggio – Presidente
Mariana San Martín – Vice Presidenta