Soldado de Mercedes pierde la vida en combate en la guerra de Ucrania

Soldado de Mercedes pierde la vida en combate en la guerra de Ucrania
Soldado de Mercedes pierde la vida en combate en la guerra de Ucrania

Se trata del soldado Nicolás Gioscio, quien estaba en el frente de batalla de la guerra que se está desarrollando entre Ucrania y Rusia. La triste noticia fue confirmada por su propia familia. Los restos del mercedino aún están en el viejo continente y se supo que salió de zona segura y la de combate donde habría sido alcanzado por un ataque de drones en la zona de Donetsk.

Su madre, la reconocida profesora Mónica Brown, escribió al respecto:

Ante tantas personas que se acercaron dolidas, tristes, asombradas, interesadas en saber qué pasó con Nicolás quien participaba, como soldado del ejército ucraniano, de la guerra con Ruso-ucraniana, he decidido escribir estas líneas esperando poder responder todos los interrogantes, y generando otros nuevos que sólo el tiempo aclarará.

Finalmente he podido cerrar el capítulo final de la historia de mi hijo, Virgilio Nicolás Gioscio. Sí, lamentablemente murió en combate en Ucrania, en el ataque masivo de drones rusos sobre Kerny, territorio de Donetsk, del día lunes 25 de noviembre a las 8 horas (dos de la mañana en Argentina). Esta información, obtenida a través de conocidos en Europa con contactos dentro del ejército ucraniano, si bien no es “oficial” del gobierno, calma la ansiedad de la familia respecto del cuándo, dónde y cómo sucedió.

Saberlo me motiva a escribir estas líneas destinada a todos aquellos (familiares, amigos, vecinos, conocidos, compañeros de la promo, compañeros de trabajo, alumnos, tanto míos como de mis hermanas, mi marido, y especialmente de mi hijo) que se mostraron preocupados el pasado miércoles 4 de diciembre cuando nos enteramos de la triste noticia a través de sus dos “hermanos” soldados en Ucrania, ambos argentinos y que aún continúan allá en posición de combate, cuyos apodos de guerra son Turu y Lobo (el de Nico era “pulpo”, como mi papá). El dolor inmediato de la familia provocó la propagación de la triste noticia y el intento de frenar su expansión especialmente por mis dos nietos, hijos de Nico, a los cuales decidimos no informarles hasta tanto estar seguros de su deceso.

Agradezco infinitamente a todos los periodistas y a los distintos medios por haberse comunicado conmigo por privado entendiendo esta sensible situación.

Les cuento que Nicolás estaba en “misión de guerra” en el frente, en la zona de Donetsk, desde el 30 de septiembre. ¿Qué significa esto? Que había dejado su posición en zona segura (un pueblito rural devastado por los ataques rusos con drones y por lo tanto olvidado por ellos, a 15 km de la frontera rusa) para ser destinado en la zona caliente de combate, según él durante diez días, período en el cual no estaría en comunicación ni con sus compañeros de grupo y menos conmigo. Sin embargo, llevaba ya dos meses en el frente y no regresaba. Turu y Lobo me mantenían informaba de las novedades que a ellos les llevaba su sargento. Noticias bastante mínimas por cierto: “Pulpo está en posición pero bien”, “está esperando a ser evacuado”, “lo hemos escuchado por la radio”, hasta recibí el audio de un operador -con acento colombiano- que informa de una acción heroica por parte de pulpo, en la cual tuvo una acción destacada a mediados de noviembre, aunque no sabemos con exactitud cual fue. Sinceramente, allí yo pensé “sonamos, no vuelve”. Y fue así, el frío y la nieve ucraniano apagaron su fuego.

Hacía cinco que meses que estaba en Ucrania. Había cambiado su proyecto de ir a trabajar a Europa por el de defender una tierra y una bandera ajena. Tan convencido estaba que esperó hasta pocos días antes de partir para decirme que -virtualmente- había sido aceptado en la ILDU (Legión Internacional para la Defensa de Ucrania).

Emprendiendo un viaje completamente sólo (él que no tenía idea de lo que era viajar en avión) a países con un idioma que no conocía, sabiendo que iba a participar de un conflicto armado. ¿Por qué? Durante estos cinco meses, cuando me preguntaban ¿y vos cómo mamá como estás, cómo te sentís ante el peligro de la guerra? Mi respuesta era: “él quería estar ahí, le gusta la disciplina militar, y debe haber sufrido mucho más de lo yo pienso el rechazo que sienten muchos argentinos hacia todos los uniformes producto de la última dictadura militar, debe haberse sentido muy discriminado y rechazado por amar vestir un uniforme militar”.

Ahora que tengo en mi poder imagen de la carta que me escribió como despedida por si no volvía, me doy cuenta que efectivamente fue así, era como yo pensaba.

Posiblemente haya sentido temor y angustia de morir en sus últimos días, porque era un ser humano y las situaciones de guerra son muy fuertes, pero él estaba convencido de lo que estaba haciendo y de por qué lo hacía. Quiero compartir con todos ustedes algunas líneas:

“Estoy en paz sabiendo que estoy haciendo lo correcto, no quiero que lloren o se derrumben por mí, ya que, nací como niño y me desarrollé como soldado, mi fidelidad a este país es completa, vale cada gota de sangre, su cultura, su idioma, su gente y su tierra son las cosas más maravillosas que he visto, ojalá Argentina fuese un décimo de este país”. “No podría escribir de mi futuro de aquí a tres meses, pero, mi mayor deseo es establecerme y darle a mi vida un sentido real, donde mi amor al uniforme no sea un pecado y sea algo normal/respetado”.

Su proyecto era seguir carrera en el ejército ucraniano, vivir en ese país y en algún momento poder tener allí a sus hijos con él. Quién sabe, tal vez deba permanecer para siempre en aquella tierra como quería. Veremos si sus restos pueden volver a Argentina, lo cual no será sino hasta después de finalizada la guerra. Yo aún sigo esperando la confirmación oficial, la aparición de su nombre dentro de las listas de muertos, desaparecidos y prisioneros emitidas por el ministerio de defensa ucraniano. Para ello la Embajada argentina en Kiev y nuestra cancillería están al tanto de todo encargándose encontrar su paradero certero.

La Embajada ucraniana en CABA aún no me ha respondido. Iré personalmente.

El capítulo final está cerrado, resta saber el contenido del epílogo.

¡Vuela alto Nicolás! ¡Siempre estarás en nuestros corazones!”

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